Ya os avisamos. El verano es el momento perfecto para dejar volar la creatividad y renovar algunos espacios del hogar que ya hace tiempo que permanecen inmóviles. Si necesitas dar un nuevo aire a tu dormitorio puede que estés pensando en cambiar los muebles o pintar las paredes de un nuevo color, sin embargo, a veces son los pequeños detalles los que pueden dar frescura, originalidad y personalización a una habitación, como los siguientes ejemplos de cabeceros de la cama.
Si el cabecero de la cama es de madera tienes una buena oportunidad para cambiar: atrévete con una capa de pintura y transforma tu lugar de descanso. Lo primero que debes hacer es lijar la madera y retirar los restos de pintura anterior. En el caso de que el cabecero esté cubierto de tela, tendrás que quitar las grapas y separar la tela del tablero para lijar.
Una vez lijado, retira el polvo y aplica una capa de pintura. Es el momento de ser original, así que elige el color que más te guste teniendo en cuenta las capas de pintura que tendrás que aplicar. Una vez pintado, aplica un poco de cera incolora para muebles para fijar. Disfruta de las combinaciones, las figuras geométricas, los dibujos y las letras, llévalo a tu terreno.
Si no tienes cabecero al frente de la cama, puedes pintar en su lugar la pared de la habitación, dibujar la silueta de un cabecero, probar con tiza o aprovechar una plantilla o un vinilo. Salen muy económicos y el resultado es estupendo.